Amazónia


Jornal O Globo 2009

El proceso de destrucción de la Floresta Amazónica, una de las pocas grandes reservas ecológicas del planeta, está asociado a factores bien conocidos: el modelo económico-social basado en la lucratividad inmediata, el extractivismo predatório y el “desarrollo” concentrador. Esta destrucción (desmatamiento y quema) es uno de los factores importantes que contribuyen al efecto estufa y hacen del territorio brasilero el cuarto emisor mundial de gases 1.

Frente a las amenazas representadas por el aumento de las tasas de deshielo y del nivel del mar es necesario revisar los objetivos ambientales y sociales, hoy subordinados a los intereses de los “mercados” (esto es, especuladores financieros y movimientos de capitales internacionales) promoviendo una retomada de la intervención de Estado basada en parámetros socio-ambientales.

Los grandes proyectos existentes para la región todavía están concebidos en función de la expansión del capital internacional y nacional, y son generalmente protegidos por una coraza de investigaciones, análisis, legislación y un conjunto de argumentaciones ideologizantes que oscurecen la percepción real de las cuestiones relevantes en juego.

Por su vez, los países mas poderosos del planeta, representados en el grupo de los ocho (G8) tienen y defienden patrones de producción y consumo insostenibles y disponen de enormes recursos financieros tecnológicos y militares que buscan de diferentes maneras influir en el control amazónico, pero en función de sus propios intereses y no del punto de vista del interés público planetario, comprendiendo el derecho a la autodeterminación brasilera. Está claro que es imprescindible la búsqueda de una intervención sostenible y solidaria social y ambientalmente, comprometida con un ejercicio responsable de la soberanía nacional y la defensa del patrimonio de la socio-bio-diversidad existente.

La construcción social del territorio de la región Amazónica, que engloba varios países, tiene el desafio de no hipotecar su futuro y resolver los serios riesgos de insostenibilidad ambiental, enfrentar la gran desigualdad social y reforzar la acción coordinada inter-regional y entre los países que tienen juridiscción sobre el área.

Históricamente, los sucesivos gobiernos subordinaron los objetivos sociales y ambientales a los intereses de los mercados o a maquinaciones ideológicas de “defensa nacional”, haciendo con que las inversiones en infraestructura profundizaran el modelo de “desarrollo” basado en la explotación maderera y mineral, en la pecuaria extensiva y en los monocultivos, siempre al borde de procesos incontrolables.

Paradojalmente, mas del 70% de la población amazónica vive en ciudades (sin ninguna cualidad ni urbana ni ambiental, es necesario decir) debido a la expropiación de tierras y a un proceso de urbanización promovido por los grandes proyectos económicos, de carácter desintegrador.

La recuperación de lo ya devastado y la humanización de las aglomeraciones urbanas demanan por eso un debate cívico que haga la conexión entre los factores físicos (ambientales, infraestructurales y urbanos) los factores sociales (económicos, culturales y existenciales) y los factores ecológicos (ecología mental, ecología social y del medio ambiente) relativos a la verdadera sustentabilidad de las intervenciones y no apenas que dar en las declaraciones.

Como se sabe, es posible, actuando con inteligencia, sentido del bien común y generosidad, aliar la explotación económica a la preservación.

Existen sistemas de remuneración para tornar ventajoso conservar la floresta en pié tanto en gran escala (créditos de carbono) como en la pequeña escala (el programa “bolsa-floresta” por ejemplo) para los productores rurales.

Por eso es necesario adoptar mecanismos de viabilización económica para los asentamientos ya existentes, capaces de desestimular el desmatamiento creando liñas de crédito para la recuperación y reutilización de tierras degradadas y crear certificados especiales para productos originarios de propiedades que actúen dentro de la ley y se basen en practicas ambientales responsables.

Como es sabido también, la vulnerabilidad a las modificaciones climáticas son potencializadas cuando están asociadas a otras condiciones negativas tales como la pobreza y el acceso desigual a los recursos, la inseguridad alimentaría, la tendencia a la globalización económica y a la incidencia de enfermedades endémicas o epidémicas 2.

La investigación y la elaboración de proyectos adecuados a las condiciones físicas y culturales de la región exige, además de la decisión política, equipos profesionales capacitados y proyectos de alto nivel arquitectónico y ambiental.

Junto con la alta precariedad de las condiciones de vida de los habitantes de calles, favelas, conventillos y loteamientos clandestinos en las periferias de los centros urbanos, está configurado un campo de cuestiones urgentes que demandan nuevas mediaciones entre los representantes del poder publico, organismos nacionales e internacionales, los medios de comunicación, la sociedad civil, juntas de vecinos, técnicos y pensadores, para enfrentar la enorme variedad de situaciones sociales y ambientales especificas en las que somos solicitados a contribuir con nuestros conocimientos y experiencia.

Jorge Mario Jáuregui

1 – www.bbc.co.uk/portuguese

2 – Intergovernmental Panel on Climate Change, Fourth Assessment Report, Climate Change 2007, Syntesis Report, Summary for Policymakers

Otras referencias:

www.correioweb.com.br, “Operação Amazônica”
www.estadao.com.br/agestado (29-01-2008)
Cadernos do Ministério das Cidades, Brasília, 2004


Pobladores de la región amazónica (reunidos en el Fórum Social Mundial de Belém) que en definitiva son los que mas sufren con las
acciones predatorias y la falta de políticas publicas consistentes


Jornal O Globo 06 de setembro de 2009