Português English
No
menos de tres, de lo urbano contemporáneo
1-Jorge
Mario Jáuregui
2- Eduardo A. Vidal
Edifício de actividades deportivas - Favela Bairro Fubá-Campinho
En conversaciones sobre
"Ulises", James Joyce se imagina que si acaso un día Dublin desapareciera,
la ciudad podría ser reconstruida a través de la lectura de su obra.
Sigmund Freud encuentra en las estratificaciones de Roma un trabajo semejante
al del inconsciente donde elementos arquitectónicos de diferentes épocas
y significaciones históricas conviven lado a lado en torbellino, sin importar
la coherencia, provocando nuevas relaciones de sentido. Así, la "Ciudad
eterna" metaforiza lo que hay de indestructible en el deseo del hombre
que habita en el inconsciente. Las ciudades pueden ser vistas, entonces,
como redes de escritura sustentadas en el puro rasgo presente en los proyectos
y trazados, murallas y monumentos, y también en los escritos, en las leyendas
y graffitis. A modo de palimpsesto se entrecruzan camadas de escritura
y series de letras que permanecen largo tiempo "olvidadas" a la espera
del lector, en latencia. Y, de la lectura, surge la dimensión de la interpretación
de rasgos, superposiciones y pliegues, en tanto tarea específica relativa
al "resto", constituido por la acumulación urbana, a ser considerada como
herencia de fragmentos de varias urbanidades superpuestas.
Jorge Luis Borges recurre a una metáfora para hablar de la fundación mítica
de su ciudad. Escribe en Palermo de Buenos Aires: "Afortunadamente, el
copioso estilo de la realidad no es el único: hay el del recuerdo también,
cuya esencia no es la ramificación de los hechos, sino la perduración
de rasgos aislados", y más adelante, "recuperar esa casi inmóvil prehistoria
sería tejer insensatamente una crónica de infinitesimales procesos". En
otra oportunidad, en uno de sus poemas, escribe que "cada casa es un candelabro
donde la vida de los hombres arde como velas aisladas". Esto nos suscita
una asociación con la función de los bares en una ciudad como Rosario,
en Argentina; donde esos espacios posibilitan un especial ritual, siendo
como altares donde se consume la vida, pues no se trata ahí de la utilidad
del espacio sino del deseo, de la explicitación de proyectos de vida relatados
a lo largo de demorados " cortados" y que son un patrimonio social y cultural,
donde predomina el valor de uso considerada como consumo de lugar y no
como lugar de consumo.
De ese modo, tensionada entre realidad "objetiva" y realidad "discursiva",
la ciudad es primeramente producto cultural y también productora de cultura.
El que habita la ciudad se acostumbra a los signos a través de los cuales
circula y deambula. Por eso veces es necesaria una mirada de afuera, una
mirada "extranjera", que se encuentre con lo extraño de la diferencia
y haga aparecer aquello que siempre estuvo a nuestro alrededor. La mirada
que des-cubre a cada instante la ciudad la funda una vez más. El habitante
no es un contemplador del constante devenir de la ciudad, habitar la implica
en ser llamado a descifrar, aprender a leer, a interpretar, ser convocado
a colocar la parte de su deseo.
Con Calvino pensamos la "ciudad escrita": "... en esa muda escenografía
de piedras falta el elemento más característico, aún visualmente, de la
cultura latina: la escritura. La ciudad romana era la ciudad escrita..."
Ciudad escrita que preserva y ofrece al lector rasgos y letras gravados
en lo "concreto". Ciudad escrita, en tanto es la propia escritura del
lenguaje, en una materialización espacio-temporal en permanente estado
de torbellino.
Tomemos
ahora como referencia la propuesta de la Bienal de Venecia, "More
Ethics, Less Aesthetics", que suena como una especie de desafío en el
sentido de meditar sobre la consecuencia de nuestros actos en el interior
de la cultura contemporánea. Aceptamos la provocación y, partiendo de
ahí, desplegaremos algunos comentarios.
Añadiremos de inicio al debate otra cuestión acerca de lo político, para
hacer posible el anudamiento capaz de funcionar como factor desencadenante
de diferentes asociaciones y nuevas perspectivas. La política se relaciona
con algunas dimensiones referidas a la materialidad del objeto - el urbanismo,
relacionado al estatuto del "cuerpo" arquitectónico - y sus articulaciones,
de un lado como el socius y del otro, con los aspectos autobiográficos
y mas secretos del acto proyectual. Por consiguiente, no son menos de
tres las dimensiones implicadas en este acto.
La ética deja de lado los grandes valores e ideales para referirse a la
responsabilidad de nuestros actos. Desde Aristóteles, la acción del hombre
se guía por principios éticos. Al sujeto retorna la pregunta: ¿su acción
obedece a la cuestión de su deseo? Frente a esa pregunta, el acto proyectual
debe constituir la respuesta, subrayando que no se trata de subjetividad,
sino de una estructura deseante rigurosamente articulada al deseo del
Otro. No hay, pues, nada de personal ni de subjetivo en la respuesta del
deseo, sino el deber de producir un acto transformador que hable de las
razones que lo causaron. Esto no excluye que se considere la paradoja
de un punto de enigma y de no saber en cada acto, que no exime al sujeto
de su responsabilidad. Aunque una parte de las decisiones sean tomadas
de modo inconsciente, en el sentido freudiano del término, en este lugar
emerge el deseo, siendo el sujeto llevado a responder implicado en el
acto. Así, su respuesta es aquella que no cede del deseo en pro de demandas
individuales o colectivas, privadas o públicas y realiza lo que debe ser
hecho, incluido, según Alain Badiou, en una trayectoria.
La estética fue en el siglo XX profundamente afectada. Considerada tradicionalmente
como dominio de lo bello, tanto en la filosofía cuanto en el arte, la
estética se sustentaba en la búsqueda de la imagen armoniosa en que el
hombre proyectaba su propio ideal.
De distintos modos el sujeto fue afectado en su supuesta integridad a
lo largo del siglo pasado, debiendo reconocer su radical
división, al no encontrarse en ninguno de los enunciados, lo que lanza
la pregunta sobre su enunciación. Si la estética trascendental se apoyaba
en la proyección de un cuerpo unificado, hoy somos afectados por la inmanencia
de los cuerpos como superficies donde se registran las pulsaciones, siempre
parciales y fragmentarias, del deseo y de la sexualidad.
El cuerpo de esta estética ya no es aquel de la máquina y de los órganos,
sino el de los bordes erógenos sensibles al deseo del Otro. Evocamos aquí
las imágenes retorcidas de los cuerpos producidas por un pintor como Francis
Bacon que desplaza la mirada hacia el proceso de continua de-formación
operada por un goce excluido de la representación, por un vacío en lo
simbólico en que todo sentido trae un punto irreductible de non sense.
De
ese modo, si por estética entendemos el modo en que sentimos y somos afectados,
hoy el acto proyectual no tiene como no contemplar el grito que resuena
de la torsión y de la contorsión, de las fallas y de los residuos humanos.
Es un desafío para que la estética desestabilice los hábitos y el sentido,
que es siempre común. La dimensión estética implica la consistencia, es
decir, lo que "existe con", lo que se mantiene junto, lo que hace lazo
entre cuerpos. La pulsación del cuerpo incide en el acto proyectual desde
la formulación de ideas y croquis iniciales - como interacción entre la
interpretación de la estructura del lugar y el procesamiento de la escucha de las demandas
- hasta la transcripción en configuraciones volumétrico-espaciales, con el
tratamiento formal de la relación interior-exterior y público-privado.
Inventar una nueva corporeidad intensamente consistente que traduzca nuestra
Zeitgeist es el desafío.
En la dimensión política del acto, queremos destacar la necesidad de mantener
una crítica sobre las condiciones y los imperativos de nuestra época.
¿Con qué operamos en el arte de conducir nuestra acción para alcanzar
los fines? Justamente con un ponto de falta que nos permita interpelar
las demandas y las exigencias de los discursos contemporáneos. A partir
de este punto, y relacionándolo con el campo de la arquitectura y de lo
urbano, la cuestión es como se configura el vacío, según el tratamiento
de los bordes. Se requiere una topología que considere la superficie de
tipo plano proyectivo, cuya realización en el espacio de tres dimensiones
es la banda de Moebius, donde en cada punto coinciden derecho y revés.
Esta superficie de único borde no delimita dentro y fuera, como lo muestra
la hormiga de Escher que no para de recorrerla. Lo que la topología nos
lleva a pensar en relación al espacio es la necesidad de producir ciertos
puntos sobre el borde como enlaces que permitan la construcción de figuras
complejas, donde la oposición dentro-fuera, figura-fondo, sea sustituida
por una condición de simultaneidad intensa.
Constituir este punto como fuera-línea, en exclusión a la predominancia
de la idea del todo, nos deja advertidos y alertas ante la seducción de
la proliferación de imágenes. Al renovarse permanentemente estas se presentan
como la última versión, perfecta y completa, que viene a sustituir todas
las anteriores con la finalidad de producir un nuevo tiempo y espacio
sin marcas. La realidad muestra una faz "acelerada", en "tiempo real",
de supresión de las distancias físicas y de la interconexión en redes
cada vez más amplias. En el mundo actual existen elementos esenciales
referidos a la velocidad de la información y del transporte. Hoy la ciudad
comporta varias velocidades simultáneas y su experimentación demanda otros
instrumentos de composición con los nuevos flujos y conexiones.
Estamos frente a otra naturaleza del tiempo y del espacio, y nuestra percepción
también está hecha de velocidad. Sonido, luz, sucesión de imágenes y mensajes
producen una intuición que funciona como "principio de velocidad". De
este modo, las ciudades, nuestras metrópolis contemporáneas, las megaciudades, operan, como
poderosas máquinas de producción de subjetividad. Sin embargo, no hay
lugar para una posición de deslumbramiento, pues lo real resiste a los
recubrimientos y, cuando no es considerado, reaparece en las formas más
violentas de segregación y aniquilamiento. Aquí lo real debe ser tomado
como corte a esa proliferación desenfrenada de signos, como pulsación
que determina una memoria, una escritura.
La ciudad escrita es aquella que registra las marcas de lo real produciendo
la diferencia, es decir, un lugar donde no se puede ceder, un lugar de
compromiso y responsabilidad, un lugar en que comprometerse es hacer "parte
de".
Dos ciudades son nuestra referencia, a pesar de la radical heterogeneidad
existente entre ellas: Rio de Janeiro y Berlin. Un rasgo distintivo las
reúne: ambas son "ciudades partidas".
Rio, ciudad anticlásica "por naturaleza", no obedece a un esquema centralizado;
en ella nuevas piezas urbanas emergen a cada transformación social, tecnológica
y económica. Herencia portuguesa poblada de influencias africanas, no
presenta uniformidad ni continuidad. Mucho más rizoma (en el sentido Deleuziano)
que árbol (en sentido Alexanderiano) , en Rio, del lujo a la miseria la
distancia es muy corta, como sem señaló Joãozinho Trinta.
En las últimas décadas sus contradicciones se profundizan y se vuelven
explosivas, demandando nuevos conceptos y sensibilidades para las intervenciones
urbanas. Sin embargo, Rio resiste a las presiones inmobiliarias del capitalismo
salvaje, y entre montañas, lagunas y mar, su toppgrafia y bordes ondulantes
se imponen a la acción del hombre.
En la película "Berlin-Cinema" de Samira Gloor-Fadel, se presenta una
lectura multidimensional capaz de articular la arquitectura y el espacio
público con la memoria y el acontecimiento. En esta película, Wim Wenders
afirma que cine y espacio urbano son dos registros que comportan la interrogación
del Otro; ¿qué es lo que ellos quieren? Aquí es relevante el espacio en
blanco entre dos imágenes. "Entre imágenes" se configura el lugar para
el paisaje contemporáneo, de intenso significado y singular belleza, donde
el vacío se transforma en espacio significante. Esta ciudad partida por
un muro, ahora invisible, es hoy un campo de batalla en el que se enfrentan
diferentes concepciones de lo urbano. Entre los que buscan establecer
ilusorias "urbanidades" perdidas y los que la ven exclusivamente como
manifestación de un capitalismo triunfante, la ciudad demanda la producción
de un rasgo de escritura suficientemente consistente para inscribir su
historia en un permanente devenir.
Retornando a Rio de Janeiro, las intervenciones de urbanización en favelas
muestran la preocupación con la producción de una junción, un puente que
ate, en la ciudad partida, lo formal y lo informal, el morro y el asfalto, lo público y lo privado,
creando perspectivas de rearticulación de lo urbano-social.
La pregunta del arquitecto Rodolfo Machado sobre lo que diferencia el urbanismo moderno
del que practicamos hoy en nuestras intervenciones en Rio, nos permitió
reflexionar, a posteriori, sobre las sustanciales diferencias entre ambos.
El urbanismo moderno partía de la tabla rasa, de la desconsideración de
lo existente y de la idea de que lo físico (el proyecto) sería la causa
de nuevas relaciones sociales armoniosas (Brasilia, Chandigarh, New Towns,
etc.). El proyecto era la causa.
Hoy, invirtiendo el proceso, empezamos desde la lectura de la estructura
de cada lugar considerado en sus aspectos tanto físicos (contexto) como
sociales (usos establecidos) y de ahí derivamos las premisas proyectuales.
Ahora, el proyecto es consecuencia. A través de él, las intervenciones
propuestas en lo existente, considerado como construcción colectiva, buscan
reforzar las centralidades latentes o manifiestas, creando nuevos "atractores".
Estos focos de urbanidad pensados como espacios de convivencia buscan contribuir para
a la integración de la vida de cada comunidad en sí misma, con el entorno
y con la ciudad en su conjunto.
Desde esta perspectiva, urbanizar favelas implica, partiendo de la interpretación
de las demandas de la población, forzar el caos hasta convertirlo en forma.
Pero ¿qué es un proyecto arquitectónico o urbanístico, más allá del rasgo
y del estilo? Aunque estos configuren una de sus dimensiones, no agotan
la cuestión; un proyecto es algo lanzado al futuro e implica en asumir
desafíos. Lo que denominamos de "realidad" tiene que ver con el juego
de signos, y un proyecto no se reduce a una adaptación a la realidad,
a lo existente, sino que trae una posibilidad de interferencia, de relectura
y resignificación.
Nuevas articulaciones entre ética, estética y política pueden contribuir
significativamente en la búsqueda de una dirección para nuestro devenir
urbano, donde el sujeto encuentre una resonancia en las sobredeterminaciones
y las tres dimensiones apuntadas se enlacen permanentemente sin imponer
jerarquías.
En esta vía, el paradigma estético tiene fuertes implicaciones ético-políticas. Porque el que habla de creación, habla de responsabilidad de la instancia
creadora con relación a la cosa creada, en inflexión del estado de cosas,
en bifurcación más allá de esquemas preestablecidos.
Notas:
1- Arquitecto Urbanista
2- Psicoanalista
Bibliografia:
Borges,
J.L., "Palermo de Buenos Aires", in Obras Completas, Emecé Editores, Buenos
Aires, 1974, p.105.
Calvino, I., "La ciudad escrita: epígrafes y graffiti", in Colección de
arena, Ediciones Siruela, Madrid, 1998, p.119.
Calvino, I., "As Cidades Invisíveis", Ed. Companhia das Letras, São Paulo,
1995
Deleuze, G., "Francis Bacon, Logique de la sensation", Éditions de la
différence, Paris, 1996.
Freud, S.,"La interpretación de los sueños", in Obras Completas, Amarrortu
Editores, Buenos Aires, 1986
_____, "El incosciente, op.cit
_____, "El malestar en la cultura", op.cit
Guattari, F., Deleuze, G., "Rizoma", Ed. Diálogo Abierto, Ciudad de México,
1994
Huyssen, A., "Seduzidos pela memória". Aeroplano editora, Rio de Janeiro,
2000
Lacan, J., "Écrits", Seuil, Paris, 1996
____, "Le Seminaire", livre VII, L'Ethique de la Psychanalyse, Editions
du Seuil, Paris, 1968.
Perec, G., "Especies de espacios", Ed. Montesinos, Barcelona, 1999.
Polo,A.Z.,"La organización material del capitalismo avanzado", in Domino
Arquitectura y Urbanismo, Editorial Dos Puntos, Montevideo, 1998
Jáuregui.J.M., in "Manifesto Arquitetônico: Por uma Arquitetura-arte",
www.jauregui.arq.br
"On Line - Less Aesthetics More Ethics", Marsilio editori s.p.a, Venezia
Lesieutre S.S., "From Favela to Bairro", DrclasNews, Harvard University,
Winter/Spring 2001 Newsletter
|