Una manera de descubrir una ciudad latinoamericana es realizar el recorrido desde la relativa "completud" de la estrutura morfológica del centro, hasta la dispersión de los asentamientos periféricos atravesando una serie infinita de no-lugares. Las favelas de Rio estaban, de hecho, incluidas hasta hace unos pocos años en esta última categoria en los registros del poder público; eran no-lugares, espacios en blanco en los mapas catastrales. Esta situación ha comenzado a modificarse substancialmente con la formulación primero del programa denominado Favela-Bairro y ahora del PAC consistente en tratar las áreas excluidas de los beneficios de la vida urbana (que en Rio abarcan aproximadamente 1.500.000 de personas viviendo en condiciones muy precárias) como partes reconocidas del "cuerpo" de la ciudad, buscando repotencializarlas. Los proyectos aqui presentados son producto de la experiencia de intervenciones en mas de 20 favelas de Rio de Janeiro a lo largo de mas de 10 años, com poblaciones que varian de 850 familias, caso de Fernão Cardin, a 12.000 familias, caso de Rio das Pedras y a 25.000 familias, caso del Complexo do Alemão actualmente en construcción. El paisaje urbano de las favelas cariocas, complejos emsambles de naturaleza y artifício, tiene sus propios "códigos genéticos" que es necessario develar. Para poder operar en ellas modificaciones substantivas que no eliminen las cualidades existentes es necesario captar sus equilibrios territoriales y su complejidad semántica, transcribiendo y transfiriendo sus valores cualitativos topográficos, sociales, económicos y funcionales, en una estructuración proyectual que les pueda dar efectividad, realizarlos y potencializarlos. Asumir que la ciudad (o sea, aquello que todavia continuamos englobando bajo este nombre) es un problema social y económico, pero, desde nuestra perspectiva, sobre todo un problema de definición formal, mantiene válida la cuestión de que la forma de una ciudad (o de fragmentos de ella) es la forma de una colectividad, lo que exige antes de mas nada comprender la sociedad en que vivimos, hacer su análisis y de él deducir las premisas válidas para la actuación en cada situación precisa. Nosotros, arquitectos, incluidos como idealizadores en una cadena de producción desordenada, podemos contribuir para estructuraciones parciales realizando intervenciones puntuales significativas capaces de definir un lugar, a través de la configuración de una arquitectura urbana entendida como un sistema donde se interceptam várias lógicas. Lógica urbana, del sitio, socio-cultural, de los medios de transporte, de los servicios, la economia, de la lógica de la construcción y donde entran en operación profesionales de cada una de estas áreas.
Para el arquitecto-urbanista, es necesario tornar claras las determinaciones del sitio y la dimensión telúrica de un território, prestando especial atención a la dinámica de los lazos sociales y a las proximidades existentes,con el objetivo de que el espacio se torne apto al desarrollo de nuevos hábitos de convivencia e interacción. En los proyectos elaborados, la relación buscada con el lugar es en el sentido de transfigurarlo, magnificarlo y darle una universalidad derivada de los usos y prácticas sociales propias de cada comunidad. El principio de actuación es desde el início espacial, llevando en cuenta las determinaciones existentes y las líneas de fuerza definidas a lo largo del proceso de configuración histórica entre cada favela, el conjunto de favelas y su entorno. De esta forma, intervenir arquitectónica y urbanísticamente en la favela implica trabajar com el soporte de las actividades y de la red de relaciones existentes, buscando reforzar sus características mas específicas, creando ordenaciones que las contemplen, las amplien y las pongan en valor, permitiendo que se genere un nuevo sentido de pertenencia. Partiendo del reconocimiento del tipo y de la intensidad de las relaciones de convivialidad verificadas, cada proyecto busca reforzar el poder de congregación de cada lugar ya constituido y mobilizar productivamente el território, ampliándolo y resignificándolo a través de la incorporación de nuevas edificaciones para la prestación de servicios sociales tales como guarderías, centro cultural, centro profesionalizante, núcleo de apoyo a las actividades comunitárias, centro deportivo, etc, que cumplen la función de "monumentos", vale decir, de agentes estructuradores urbanos, con valor simbólico. Ellos representan la presencia del poder público, irrelevante hasta ese momento en las favelas. Configurar estas edificaciones, estos nuevos centros de vida comunitária, diferenciándolos entre los que cumplen la función de articulación de la vida interna de la comunidad y los que funcionan como referencias en relación a los barrios vecinos, es parte fundamental de cada proyecto.Cada partido urbanístico elaborado se basa en la formulación de un esquema de centralidad específico, que puede tener un carácter lineal, cuando se constituye según secuéncias interconectadas de actividades como en el caso de Fernão Cardin, por ej., o un carácter puntual, cuando configura centros de actividades concentradas en torno de vacios estructuradores tales como plazas o campos de fútbol, como en los casos de Fubá-Campinho y Salgueiro. La favela de Vidigal, por su vez, constituye un caso especial de centralidad lineal sinuosa, configurada a lo largo de la calle principal de acceso, comenzando en la plaza de articulación favela-barrio y culminando en el mirador instalado en lo alto del morro. Las actividades cívicas, culturales, deportivas, de esparcimiento y comerciales, se disponen sobre este eje. Un teleférico proyectado atravesará diagonalmente la favela contribuyendo para reducir el movimiento interno de vehículos, permitiendo inclusive visitas de gente de fuera de la favela, facilitando la interconección de la favela con los barrios vecinos.
En este contexto, los edificios arquitectónicos proyectados son las marcas visibles de una nueva "aura" del lugar, y representan la conquista del derecho a la arquitectura y a los servicios de los cuales son portadores. Constituyen marcas relevantes de la presencia de las instituiciones del poder público y son reconfiguradores del paisaje, estableciendo nuevas referencias cualitativas. Tanto las guarderías (como en los casos de Campinho y Fubá), como una villa olímpica en el caso de Vidigal, o un grupo de edificaciones de servicios diversos definiendo el centro cívico en Campinho, o un núcleo de actividades deportivas, comerciales y de esparcimiento alrededor del campo de fútbol en Salgueiro, o el edificio de relocaciones en Fernão Cardim, o el centro de apoyo a las actividades comunitárias también en Fubá, o la escuela reciclada en Manguinhos, constituyen el indício de la llegada de los elementos de la ciudad formal a la favela, con la misma preocupación en la elaboración formal y espacial. Estos edificios funcionan como "mojones" en el sentido definido por Kevin Lynch, provocando una recalificación ambiental y edilicia que desencadena un proceso de recuperación física del entorno y por este motivo deben ser considerados en conjunto, pués son proyectados y surgen al mismo tiempo, instalándose de una sola vez en la percepción de los habitantes del lugar. Las favelas son una manifestación del desajuste social que se verifica por toda América Latina desde México hasta el extremo sur del continente. En cada país adquieren nombres diferentes (villas miseria, poblaciones, callampas, etc.) y características particulares, pero todas comparten el hecho de ser una parte de la ciudad que no se quiere registrar. Ecuacionar un principio de solución para estas extensas áreas implica pensar el organismo urbano como un todo, incluyendo los aspectos urbanísticos, sociales y económicos, buscando conectar las distintas partes de la ciudad, a través de proyectos de rearticulación urbana en los cuales la arquitectura cumple un rol fundamental. Las
intervenciones realizadas se ajustan a estrictas condiciones de
inversión por familia (U$3.500), a la utilización de materiales simples
y baratos exigida por la legislación para este tipo de obras
y a las limitaciones tecnológicas de la industria de la construcción local.
Las edificaciones para relocación fueron creadas para alojar a las personas
que vivian en áreas de riesgo sujetos a inundaciones, deslizamientos
de tierra, etc. y obedecen al principio de que ningún vecino debe ser retirado
de la comunidad donde vive, buscando reforzar lazos sociales existentes y estimular nuevos caminos para la evolución social.
Jorge Mario Jáuregui
|