Para poder pensar articulaciones entre la ciudad formal (la que obedece a formas de desarrollo que ocurren dentro de los canales legales, planificados y regulados del urbanismo) y la ciudad informal (la que se caracteriza por una ocupación indiscriminada del suelo, falta de títulos de propiedad y de lineamientos oficiales, ausencia de equipamientos y servicios públicos, y por viviendas deficientes) es necesario considerar la dinámica específica de la megalópolis latinoamericana contemporánea, que excede las herramientas conceptuales y los instrumentos prácticos disponibles en el campo disciplinario del urbanismo. De varias maneras se experimenta hoy una reposición política de lo ciudadano, en el sentido de expresar demandas de "urbanidad" emergentes desde diversos sectores sociales, lo que recoloca el tema de lo "marginal", manifestado a través de la necesidad de una recomposición de las centralidades. Nuevas fuerzas emergen (la presión de los favelados en Río de Janeiro, los descontentos de todo tipo que marchan esporádicamente en Buenos Aires, etc.) reconfigurando nuestros paisajes urbanos. Proceso tanto de confluencia cuanto de choque como horizonte socio-cultural y político del urbanismo contemporáneo, que torna necesario distinguir entre "estrategias" mas amplias disponibles a las clases gobernantes y "tácticas" mas limitadas a que se confinan los ciudadanos tratando de enfrentar situaciones concretas. La brecha que existe entre las prácticas espaciales y los espacios representativos obliga a pensar nuevos modelos de interpretación y organización capaces de generar sentido. Los cambios en los modos de producción han provocado en las últimas décadas, al nivel macro, nuevas formas de urbanidad y organización material relacionadas con el pasaje de la economía de escala a la economía de alcance. Al nivel local, nuevas formas de segregación socio-espacial han hecho su aparición fragmentando aún más las grandes metrópolis. La inserción de las ciudades en la economía mundial presenta, en lo que se refiere al desarrollo local, una clara evidencia de la necesidad de búsqueda de articulación de las relaciones económicas y sociales entre ciudades y entre diferentes áreas de la misma ciudad, incorporando las comunidades a los procesos de transformación. Para obtener resultados verificables es necesario adecuar tanto el marco teórico cuanto los métodos, a las presiones ejercidas sobre el ámbito local en el sentido de reforzar su propia lógica histórica, interpretando el dinamismo de los actores sociales, políticos y económicos. Hoy
es evidente la necesidad de buscar articulaciones tanto entre los espacios
de flujos y la formación de centralidades, cuanto entre los sectores
formales e informales de la sociedad como formas de estructurar las nuevas
topografías urbanas emergentes. Lo que viene a colocar contundentemente
el problema de la búsqueda de la conectividad de la estructura
urbana, del "milieu" conductor urbano, como cuestión
central. Redireccionar el funcionamiento de la estructura sin perder masa
crítica y potencializarla como una base para la evolución,
reconociendo su esencia discontinuapero conectiva a través de intervenciones
en lo existente cuidadosamente seleccionadas, es el desafío actual.
Esta problemática exige la búsqueda de nuevos paradigmas. Asistimos a un desdibujamiento de fronteras, lo que provoca por un lado caos, incoherencia, fusión e hibridación entre métodos y teorías, y por otro lado, una abertura de fronteras y la necesidad de la consideración de contextos en constante mutación. Este proceso produce una valorización de la descentralización y de la relatividad, en relación con el abordaje de objetos complejos. La
complejidad tiene distintas manifestaciones; como mínimo, un objeto
que hace parte de un sistema de totalidades parciales y que está
sometido a determinaciones no lineales y a evaluaciones sucesivas de hipótesis
provisorias. El objeto complejo es multifacetado y campo de interés
de múltiples discursos y de diferentes miradas. Su abordaje abarca
la intervención de múltiples discursos disciplinarios; implica
un entrecruzamiento de discursos.
Jorge Mario Jáuregui
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