AGRADECIMIENTOS. A mi Director de Tesis, Josep 005 *TRÍAS, Eugenio. La Dispersión. Barcelona: Destino, 1991, p 75. la dispersión. premisas de proyectos del determinismo conceptual “El ajedrez es un juego de Estado, o de corte, el emperador de China lo practicaba. Las piezas de ajedrez están codificadas, tienen una naturaleza interna o *DELEUZE, Gilles; GUATTARI Felix. Op. cit. p 360. “Nada ni nadie dispersa la dispersión ni se dispersa en ella. Carece de un 'desde' o de “Lo que hoy necesitamos es un pensamiento nómada, en el que no se de ya una
RIO DE JANEIRO ORDEN Y DISPERSIÓN. Las últimas interven ciones realizadas en la ciudad
de Rio de Janeiro están fundamentadas directamente en el ejemplo de transformaciones urbanas ocurridos en Barcelona. El arquitecto Luiz Paulo Conde responsable por la conducción del proceso carioca, siempre demostró gran En cierta manera las intervenciones de “Rio Cidade”, como fue llamado uno de los
programas, parten de presupuestos similares a los utilizados en Barcelona, destacándose como eje principal la recuperación de la ciudad existente como la idea central. La estrategia adoptada se orientó hacia la recuperación y calificación de los espacios públicos existentes, al mismo tiempo en que eran reconstituidas las principales arterias de circulación de cada barrio a través del redimensionamiento de calzadas, mejoras de señalización y uniformización del mobiliario urbano. Claramente inspirada en la idea de la “metástasis positiva” estas intervenciones puntuales funcionarían como un paso inicial, aunque de impacto, para revitalizar importantes áreas urbanas y principalmente para que los habitantes recuperasen el aprecio por su ciudad. Otro mecanismo similar al ejemplo catalán fue la manera de abordar el proyecto. También en Rio de Janeiro no se buscó un modelo único y aplicable a gran escala en todos los barrios y sí se intentó buscar respuestas puntuales a cada lugar determinado de acuerdo con sus características y necesidades específicas. Para este fin se convocaron concursos de proyectos para cada barrio y los equipos, encabezados por arquitectos, deberían necesariamente contar con paisajista, diseñador e ingeniero de tráfico. Lo que demuestra una intención loable de promover una discusión interdisciplinar sobre los problemas de la ciudad. En comparación con la “rehabilitación urbana” de Barcelona el programa Rio Cidade constituyó un intento a pequeña escala y en un nivel experimental de ordenación urbana de los espacios públicos de la ciudad que estaban urbanamente deteriorados, desordenados y aplastados por el intenso y caótico tráfico urbano. Tampoco puede olvidarse la intención de recuperar la marca de imagen turística de 'ciudad maravillosa' Otra iniciativa aplicada en esta fase fueron los Programas de Estructuración Urbana (PEU) que podrían ser equiparados a los planos sectoriales de Barcelona. “...urbanizar favelas implica, (...), forzar el caos hasta convertirlo en forma” 59 59 - JÁUREGUI, Jorge Mario. http://www.jauregui.arq.br/etica_estetica.html LOS INTERSTICIOS Y LA FAVELA. El caso es que los problemas urbanos en América Latina difieren enormemente de los europeos. Se puede hablar cómodamente de revitalización urbana en un marco de crecimiento demográfico estable y con este factor controlado se puede pensar en planeamiento. Desde el marco latinoamericano con crecimientos demográficos altísimos existe también el problema del crecimiento descontrolado. Los barrios de chabolas que nacen de un día para otro van eternizando una situación de efímera precariedad permanente. “El espacio liso y el espacio estriado, -el espacio nómada y el espacio sedentario, -el Conde desde la alcaldía idea el programa Favela-Bairro por el cual innumerables favelas de la ciudad pasan a ser tratadas bajo la óptica de “trecho urbano” ya consolidado. Dada la complejidad de los sistemas de favelas las intervenciones Una condición margen o marginal, pero que curiosamente dada la topografía de Rio de Janeiro no se trata de una condición ya periférica, sino de centro. La La principal cuestión para resolver es la de conciliar la ciudad del plano, la ciudad regulada, la ciudad racional y pensada, con estas estructuras efímeras dada su 60DELEUZE, Gilles; GUATTARI Felix. Op. cit. p 483. Si la filosofía estructuralista se proponía anteriormente como instrumento de análisis, la postestructuralista fue utilizada ya como operativa en los procesos proyectuales, principalmente en los proyectos que incorporan el territorio de lo urbano para sí. Vemos así en la obra del arquitecto Jorge Mario Jáuregui la mejor aplicación práctica de estos procedimientos, el proyecto de lo intersticial, palmo a palmo buscando cercar territorio donde no lo hay, lidiar con el desorden, sin jerarquías, sin origen y sin metas, trabajando un espacio laberíntico “sin externo muro y sin secreto centro” y dentro del propio concepto del laberinto. Aplicar el caos donde hay caos, atacar el caos con sus propios procedimientos y herramientas. Jauregui ecuaciona perfectamente lo colocado por Guattari “...debemos recordar que los dos espacios sólo existen de hecho gracias a las Como organismo vivo, la favela proliferó por el territorio apropiándose de áreas libres y zonas consideradas de riesgo en un proceso movido por la necesidad 61IBID p 484. el aspecto más singular de estas construcciones. Una realidad en continuo movimiento donde la aleatoriedad de los procesos de transformación impide el “calco” definitivo. La instantaneidad es el retrato más fiel que se puede tener de esta comunidad, y esta instantaneidad es la que nos hace entrar en ese estado El caos, la fragmentación, el rizoma, liso-estriado-liso, la máquina de guerra son términos pertinentes para acercarse a esta realidad singular, dada la Una experiencia que dejaría sin respiración a muchos arquitectos aliados al pensamiento de la dispersión. Pensar la dispersión desde el propio lugar disperso. Esto va en contra lo que proponía Eisenman en otro texto provocativo en el cual nos introduce a la noción del pliegue62 donde colocaba que en un mundo marcado 62EISENMAN, Peter. “Visions Unfolding”. Domus, nº 734, 01, 1992, p 19-24.
El caso es que territorializar naturaleza o “terrain vagues”63 es un ejercicio de simulación de dispersión en territorios dimensionados y controlados por el Estado. La favela es por definición el territorio del descontrol, es la propia máquina de guerra donde se produce la nomadología, y que dejó hace mucho tiempo de estar
en manos del aparato del estado. Hay favelas de más de 200.000 habitantes donde no hay un sólo equipamiento público. Se trata aquí del nomos del que nos hablan Deleuze y Guattari. Un territorio que se va territorializando y desterritorializando, ganando los intersticios entre la naturaleza y la ciudad formal. Estamos hablando de aquel territorio desprestigiado fuera de la ley, por encima de la cota 40 (no edificandi por el código de obras) y donde se asienta 1/3 de la La noción de caos aflora constantemente en las ciudades latinoamericanas, africanas y asiáticas. Son escenografías de la cotidianeidad. Son los espacios reales pero indecibles. El “largo” brasileño, un espacio intersticial un “entre”, 63El concepto de Terrain Vague al que hacemos referencia es al definido por Ignasi de Solà-Morales en el texto
herencia del barroco, en definitiva lo que resta entre el espacio construido y el espacio público. El “largo” una plaza que no llegó al SER, una calle y sus calzadas que se extrapolan en sus formas y dejan un espacio innombrable o sólo reconocido como “largo” como lo que sobró de este “entre”; la favela posee el mismo intersticio las callejuelas con sus “becos” espacios de nadie, espacio “entre” territorios, como apuntan Deleuze y Guattari en 1000 mesetas un lugar de nadie donde crece la hierba, aquello que sobra, el territorio que debe ser territorializado. EL GO LA FAVELA Y LA MÁQUINA DE GUERRA. Jorge Jáuregui, vencedor del concurso de Morro dos Macacos establece una elaborada sintonía con esta compleja realidad que se presenta. Una favela de tamaño medio - 12.000 habitantes - donde la necesidad de abertura de vías ha demandado la reubicación de 66 familias en un nuevo núcleo residencial. La intervención también ha incluido la creación de un centro de generación de trabajo y renta y de varias plazas, el tratamiento de calles, pasajes, escalinatas y espacios residuales, además de la implantación de tres guarderías y de una lavandería comunitaria. La primera fase del proyecto aquí analizada (el núcleo residencial, una guardería de niños y la lavandería) parte de la necesidad de insertar tres nuevos objetos con programas y escalas distintas, que están estructurados por una compleja red de fuerzas, buscando centralidades, el refuerzo de vocaciones existentes y la El territorio disponible para estas tres realizaciones se sitúa en la frontera entre la favela y la ciudad formal, un margen incorporado por ambas realidades. Es en este complejo proceso de incorporación recíproca, sector formal (barrio) / sector
informal (favela), donde encontramos la síntesis del proyecto en sí y el punto que En esta intervención, el autor identifica y asimila la dispersión que la realidad presenta, ofreciendo, en contrapartida, su propia dispersión. Dispersión que no El primer fragmento de esta composición es el núcleo residencial, aquí utilizado 64Cfr. MACHADO, Rodolfo. “The Favela-Bairro Project. Jorge Mario Jáuregui Architects”. Cambridge: Harvard Design School, 2003. desde su dimensión esencialmente pública, como objeto capaz de articular un espacio urbano de uso colectivo. El programa está dividido en dos bloques de apartamentos, dos piezas que el autor inserta como referencias urbanas. Se crea formalmente un patio comunitario y un camino alternativo hacia el interior de la favela. El segundo fragmento es la guardería de niños, un objeto que refuerza el trayecto sugerido por los nuevos bloques de apartamentos y que a su vez es reforzado por el propio uso. Se establece así un “punto de poso” entre la favela y la ciudad formal, entre el local de residencia y el del trabajo de muchas madres que dejan allí a sus hijos. El tercer fragmento, la lavandería, está insertado al pie de una gran escalinata, única vía de acceso de los millares de moradores a la parte alta de la favela. Un De los movimientos y flujos Jáuregui parte hacia el objeto en sí. Se trata de una sutil operación de formalizar lo informal, proyectando edificios y espacios que Hablar de permanencias nos remite al discurso de Aldo Rossi sobre la conceptualización de los monumentos y elementos primarios de la ciudad. Como valor trascendente, la permanencia se encuentra en las favelas en sus manifestaciones culturales, como la música, o la danza, pero como expresión La inserción del núcleo residencial del conjunto Morro dos Macacos establece un marco central de referencia que, de cierta manera, expande la realidad huidiza de El programa residencial está dividido en dos bloques lineales idénticos implantados oblicuamente entre sí. Entre estos se crea formalmente un itinerario alternativo, dinámico y privilegiado para sus habitantes, además de un generoso espacio de convivencia que contiene una pequeña plaza. Para llegar a este espacio, los habitantes son convidados a seguir su ya acostumbrado “olfato laberíntico”. Subiendo la calle principal de acceso al barrio, se entra en un estrecho pasadizo que al final se bifurca para entrar al conjunto. Jáuregui nos sitúa en el vértice más cerrado de un prisma triangular, que gentilmente se abre para encuadrar la favela al fondo. La regularidad de los bloques es atenuada por esta La realidad de esta favela se incorpora también al proyecto por la propia configuración de los apartamentos, todos duplex accesibles individualmente por la planta baja, o en conjunto por las circulaciones abiertas que llevan al pavimento
superior. El autor preserva y exalta la dimensión pública de estas comunidades, que tienen en el trayecto y en sus intersticios el mayor lugar de encuentro y en laproximidad de las construcciones la certeza de estar viviendo en colectividad. La Comparada con los bloques residenciales, la guardería presenta un resultado de menor recurso estético. La irregularidad formal y compositiva parece diluirse más fácilmente en el conjunto de la favela, ya que el principio convencional de orden
solamente parece ser entendido cuando se contrasta con el caos. Tratándose de una instalación exclusivamente de uso comunitario, su papel como fragmento articulador de la esfera pública se ve naturalmente privilegiado por su propia función, liberando la concepción formal para una lectura más contextual. La lavandería, a su vez, se inserta en la esquina de dos importantes accesos al interior del Morro dos Macacos. Una intervención en menor escala y dentro de un camino ya consolidado, resultó en un objeto que manifiesta su presencia en las formas y volúmenes irregulares tratados con fuerte contraste cromático. Como queriendo resaltar la novedad dentro del trayecto cotidiano y poco atrayente, Jáuregui ofrece un retrato utópico de como podrían ser las construcciones de esta favela, en caso de que algún día pudiesen ser finalizadas. Debe observarse en estas obras, un formalismo nada convencional o gratuito que es modelado a partir del campo de tensiones en que cada objeto está insertado. En una mirada comparativa percibimos, en estas nuevas construcciones, que la osadía en el trato cromático es inversamente proporcional a la escala de los objetos proyectados y a la regularidad formal propuesta. Cuanto más contrasta el edificio formalmente en el conjunto de la favela, más discreto es en sus colores. Lo que unifica estos distintos objetos, es la predominancia de superficies monocromáticas en la totalidad de la composición. Una sensación de conclusión, permanencia y deber cumplido bastante deseada, aunque difícilmente lograda por la mayoría de los habitantes de las chabolas. Pensado a partir de la inserción de fragmentos y sobre los principios rizomaticos el proyecto de Jáuregui debe ser admirado a través de una lente distante, pues la mayor riqueza de su propuesta no se encuentra en la escala de los detalles constructivos, ni tampoco en la excelencia de los materiales. Para dialogar con el caos y el conflicto que impera en esta comunidad, Jáuregui adopta actitudes criteriosas derivadas de una atenta lectura de la estructura física y social del lugar. Como resultado, obtenemos edificios y espacios comunitarios que imprimen trazos particulares de orden de referencia urbana, pero que aún lidian con el caos límite de la favela, es una línea de fuga, tal vez para la conquista mayor de los terrain vague de la ciudad del plano, soluciones formales de gran originalidad, y una estrecha “complicidad” con la realidad existente. Arquitecturas cuidadosas que despiertan algo de orgullo ciudadano para esta parcela de la población constantemente excluida. Jáuregui realiza el desafío de trabajar estos espacios de lo intersticial, planteando estructuras rizomáticas. Plantear el caos y la dispersión desde dentro del mismo caos y dispersión. Se trata de buscar intensidades.
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