Sin dudas, el Conjunto Pedregulho de Affonso Eduardo Reidy es uno de los mayores logros de la arquitectura y del urbanismo con contenido social, en el país y en América Latina. Creo que no hay realización en el país, en el campo de la arquitectura, más completa que esta, mostrando el camino de una forma posible (y materializada) de vida ofreciendo la convivencia de las diferencias, calificando la periferia y realizando, al mismo tiempo, un trabajo de integración de las artes: arquitectura, urbanismo, paisajismo, muralismo y mobiliario interior de altísimo nivel. Es solo mirar las imágenes de los interiores justo después de la inauguración de los edificios, con asientos BKF (que incluso hoy en día muchos ciudadanos ni siquiera conocen) para comprender hasta qué punto, cuán sofisticado había llegado a ser el concepto de vivienda social en el país y después se perdió. Y la generosidad con la que se pensaba la vivienda popular, yendo mucho más allá de las consideraciones cuantitativas, incluida una clara preocupación y conciencia socio-ambiental. La reducción del consumo de energía a través de edificios con ventilación cruzada, áreas sombreadas, balcones, uso de cobogós, techos de doble altura, etc, fueron recursos totalmente integrados al diseño de primer nivel. Y esto, tanto en las unidades residenciales como en la guardería, escuela, lavandería comunitaria, puesto de salud, equipamientos deportivos y pequeño mercado, que son parte de lo que se entendió por el "programa de vivienda de interés social" que incluía, además de los apartamentos, todos los demás equipamientos necesarios para la evolución de una vida social interactiva y conectiva. En otras palabras, el programa de vivienda no se limitó a la “vivienda” sino que, responsablemente, incluyó el resto de las instalaciones sociales complementarias necesarias. Pero es sobre todo por el alto nivel de elaboración arquitectónica que este conjunto constituye una "obra maestra". Un punto alto que no se volvería a alcanzar en el país, en gran parte porque todo el entrelazamiento de preocupaciones estéticas, sociales, artísticas, tecnológicas y políticas, que formaron parte de los ideales de esos años, desapareció. El diseño ondulado del edificio residencial siguiendo las curvas del terreno en el tope del morro, dialoga brillante y elegantemente con el diseño de la estructura de vigas curvas del gimnasio cubierto de la escuela, ubicado en la parte inferior del terreno. Este grupo de edificios, inspirado en los proyectos de Le Corbusier, muestra cómo es posible "con crudos materiales construir relaciones conmovedoras", como quería el Corbu. Affonso Eduardo Reidy, Roberto Burle Marx, Cándido Portinari y Anísio Medeiros, trabajando con unidad de concepción, dejaron para la posteridad una "obra de arte total".
Jorge Mario Jáuregui
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