Tijuana |
De Frontera de Conflicto a “Línea Verde” |
La concepción de la frontera obedece, para los estrategas de Washington, a una estricta
lógica militar que ve en ese lugar un punto vulnerable de la “seguridad
nacional”. Pero como sabemos, no hay mayor frontera que la imaginaria,
que es por donde cualquier exclusión comienza y que se expande como un
cáncer hacia todos los dominios.
De frontera de conflicto a “Línea Verde”, el proyecto presentado
a las autoridades de la ciudad de Tijuana busca transformar la presencia ofensiva
y desagradable de ese muro metálico (que divide no solo México de Estados
Unidos, sino, simbólicamente, de toda América Latina) en una línea
verde como la que se utiliza para separar propiedades en las áreas rurales.
Foto del muro: Sebastián Salgado
Una línea verde de 6.000 Pirules capaz de transformar visual y ambientalmente
todo el recorrido de 24km que realiza hoy el muro a través de cerros
y valles, hundiéndose 150m adentro del Océano Pacífico.
El proyecto contra el muro tiene varias lecturas posibles: acto simbólico
y concreto de afirmar las diferencias pero no como separación, sino como
delimitación territorial; transformar un obstáculo en elemento
paisajístico–ambiental; constituir un recorrido con diferentes
situaciones estético–objetuales a lo largo de su extensión.
Y también, convocación a diferentes sectores de la sociedad mexicana
y latinoamericana a participar (sociedad civil, instituciones públicas
y privadas, artistas, universidades, escuelas, militares, etc).
El proyecto consiste en un tratamiento total de toda la extensión del
muro localizado en el punto más noroccidental de Latinoamérica,
según ocho sectores diferenciados.
Cada uno de estos sectores recibirá un tratamiento de acuerdo a su localización
en relación con la ciudad, su relación con el entorno inmediato
y con el nuevo sentido que se busca provocar a través de las intervenciones
proyectadas, incorporando las marcas que ya contiene.
La relación con el muro implica una experiencia emocional intensa y la
intención del proyecto es cambiar la imagen negativa que hoy emana de
él, mediante una intervención de carácter plástico,
político y ambiental, estimulando una reflexión sobre los “muros”
que nos separan en el mundo contemporáneo.
A los muros fronterizos se pueden asociar una larga serie de connotaciones:
desde la segregación de “mundos opuestos”; la tentación
de vivir del otro lado, de sobrepasarlo; las frustraciones del movimiento restringido;
el cercenamiento del derecho a la libre circulación y el aumento del
imaginario en relación con “la riqueza” que aguarda del otro
lado, hasta la exclusión de las diferencias culturales. Es decir, la
exclusión del "otro" que claramente implica.
El tratamiento de este muro es concebido como la concatenación de una
serie de espacios: espacio de transición; espacio de características
ambientales y político culturales; espacio de manifestaciones artísticas
(land-art); espacio de reunión, y espacio intersticial entre el objeto
a ser instalado en la playa y el muro existente. Un espacio tensionado entre
lo estático (el muro de acero) y lo cambiante ( la línea de Pirules,
que es un árbol de la región).
Pero el muro, este muro de Tijuana en particular, puede ser usado como elemento
didáctico, educando el ojo a “ver más lejos”, mostrando
la posibilidad de establecer límites pero de una manera civilizada, como
punto de contacto y no de exclusión de lo diferente.
El arte y la ecología “apoyándose” en el muro: arborización
de la línea de frontera, incorporación de arte murária
y de un objeto de carácter lúdico, una instalación en
la playa.
El propio muro considerado como “superficie reflejante” de la latinoamericanidad,
de las manifestaciones culturales, artísticas y religiosas locales, y
del potencial de la gente para camibar el estado de cosas. Transformando un
lugar casi “invisible”, un no-lugar, en un sitio especifico, un
lugar, articulando el tratamiento del muro con las propuestas de renovación
urbanística que las autoridades de la ciudad de Tijuana están
llevando a cabo.
El muro como estímulo a los ciudadanos para expresarse, incorporando
condiciones para nuevas actividades, aproximándolo del arte. El muro
como local de eventos, exposiciones, performances, registro de la historia,
y como punto de encuentro de gente proveniente de diferentes lugares. Y sobre
todo, una celebración de la ciudad de Tijuana y de la Latinoamericanidad.
Final
del muro - situación actual |
Instalación proyectada para el final del muro en la playa de Tijuana |
Jorge Mario Jáuregui