Ensaios poéticos

Tributo a Tokio

Tokio es lo que podríamos llamar una “ciudad popular”
inmensamente grande, una megaciudad de 20.000.000 poblada de helicópteros,
donde todo es “centro” ...

Ciudad instigante tanto vista desde lo alto como al nivel del suelo;
por arriba, ondulante movimiento de las masas edificadas formando “olas”
configurando agrupamientos de diferente volumetría y altura, con “puntos de coagulación”;
al nivel de la calle, el intenso e incesante movimiento de la gente que irriga vida a las arterias y callejuelas, y hace pensar en el concepto de enjambre, de Han.

No hay escenas de pobreza con gente obligada a mendigar en las calles.
Social, y culturalmente, se percibe como unitaria.
Con códigos de conducta compartidos y respetados por todos,
donde los automovilistas no tocan bocina!
En abril, Tokio es “la ciudad de los cerezos en flor” …

Multiescalar e inquietante enmarañado de tradición y contemporaneidad,
de racionalidad geométrica y existencias humanas
en que lo nuevo está siempre al acecho (en Ginza, una nueva fachada aparece de la noche a la mañana),
y aunque no hay verdaderamente “espacio público”
todos los espacios son ocupados y vivos; en Tokio existe una “cultura urbana” ...

En los relatos de Marco Polo al Kublai Khan,
faltó Tokio (o Tokia, ya que Marco llamaba a todas las ciudades que le describía, con nombres de mujer …)

 

Jorge Mario Jáuregui